viernes, 2 de abril de 2021

 La falacia escondida


NO AL AUMENTO DE LA EDAD JUBILATORIA

Dice el Dr. Rodolfo Saldaín en el borrador presentado ante el Poder Ejecutivo, (“bajo responsabilidad de la Presidencia” [de la Comisión de expertos] o sea de él):

“... el prolongado período de sobrevida que supone una edad mínima de retiro a los 60 años le impone una fuerte tensión al sistema,...”.

Ya hemos demostrado que allí hay una falacia escondida. No hay peor mentira que una verdad a medias. Las personas viven en promedio más años pero la longevidad continúa llegando, desde hace decenas de miles de años, a la misma edad. Si no lo mataba un animal o una enfermedad o infección o un accidente mientras cazaba el hombre de las cavernas hubiera llegado sin dificultad a la misma edad que ahora. A los 60 comienza ahora y siempre, un descenso acelerado de las capacidades del ser humano. Exigirle que continúe trabajando es inhumano. Sólo él sabe, si le gusta el trabajo, si está sano o si se siente bien, si puede y quiere continuar trabajando o no.
No se le puede imponer por Ley. Debe ser su decisión como hasta ahora.

La revolución que implicó en la medicina el advenimiento de las vacunas, los antibióticos, las cirugías neurológicas, cardíacas o vasculares, las prótesis, la drástica baja en la mortalidad infantil (producto de los mismos avances) y las políticas de seguridad vial y laboral entre otras, hicieron que una enorme cantidad de personas que no hubieran sobrevivido hace 100 o 150 años, hoy lo hagan con buena o al menos decorosa calidad de vida.

Lo que ocurre que esa mejora sustancial en la calidad de vida beneficia a todas las edades, en particular los niños (haciendo subir el promedio de la esperanza de vida) y a las personas jóvenes, lo que redunda en una importante merma en las bajas laborales y el mantenimiento de sus aportes que concurren al financiamiento de... la Seguridad Social.

Si vamos a decir algo, digámoslo TODO.

Nelson San Martín