¿Por
qué nadie intentó esto antes?
En
un mar de siglos de clichés desesperados porque 'siempre habrá
prostitución', el éxito de un país sobresale como un faro
solitario que ilumina el camino. En apenas cinco años, Suecia ha
disminuido drásticamente la cifra de mujeres dedicadas a las
prostitución. En las calles de la ciudad capital, Estocolmo, la
cantidad de prostitutas ha sido reducida en dos tercios y la de
clientes en un 80 por ciento. En otras grandes ciudades suecas, el
comercio sexual en las calles casi ha desaparecido. Y en buena medida
también ha ocurrido esto con los famosos burdeles y salas de masaje
que proliferaron en el país en las últimas tres décadas del siglo
20, cuando la prostitución era legal.
Adicionalmente,
es nula la cantidad de mujeres extranjeras que ahora están siendo
traficadas a Suecia para comercio sexual. El gobierno sueco estima
que en los últimos años sólo entre 200 y 400 mujeres y niñas han
sido traficadas cada año hacia este país, cifras que no son tan
significativas en comparación con las 15,000 a 17,000 mujeres
traficadas anualmente hacia la vecina Finlandia. Ningún otro país y
ningún otro experimento social siquiera se acercan a los
prometedores resultados que están siendo observados en Suecia.
¿Cuál
compleja fórmula ha utilizado Suecia para lograr esta proeza?
Sorprendentemente, su estrategia no es en absoluto compleja. De
hecho, los principios de ésta parecen tan simples y anclados con tal
firmeza en el sentido común que de inmediato nos llevan a preguntar:
"¿Por qué nadie intentó esto antes?"
La
trascendental legislación sueca de 1999
En
1999, luego de años de investigación y estudios, Suecia aprobó una
ley que: a) penaliza la compra de servicios sexuales y b) despenaliza
la venta de dichos servicios. La novedosa lógica detrás de esta
legislación se estipula claramente en la literatura del gobierno
sobre la ley:
"En
Suecia la prostitución es considerada como un aspecto de la
violencia masculina contra mujeres, niñas y niños. Es reconocida
oficialmente como una forma de explotación de mujeres, niñas y
niños, y constituye un problema social significativo... la igualdad
de género continuará siendo inalcanzable mientras los hombres
compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños
prostituyéndoles".
Además
de la estrategia legal de dos vías, un tercer y esencial elemento de
la ley sueca sobre la prostitución provee que amplios fondos para
servicios sociales integrales sean dirigidos a cualquier prostituta
que desee dejar esa ocupación; también provee fondos adicionales
para educar al público. Siendo así, la estrategia única de Suecia
trata la prostitución como una forma de violencia contra las
mujeres, en la cual se penaliza a los hombres que las explotan
comprando servicios sexuales, se trata a las prostitutas, en su
mayoría, como víctimas que requieren ayuda y se educa al público
para contrarrestar el histórico sesgo masculino que por tanto tiempo
ha embrutecido el pensamiento acerca de la prostitución. A fin de
anclar sólidamente su visión en terreno legal firme, la ley sueca
referida a la prostitución fue aprobada como parte de la legislación
general de 1999 sobre la violencia contra las mujeres.
Un
primer obstáculo en el camino
Es
interesante observar que, a pesar de la extensa planificación que
tuvo lugar en Suecia previo a la aprobación de la ley, durante los
primeros dos años de vigencia de este novedoso proyecto casi no
ocurrió nada. La policía efectuó muy pocos arrestos de clientes y
la prostitución, que antes había sido legalizada en el país,
continuó casi como si nada. Los pesimistas del mundo reaccionaron a
la muy publicitada falla con un estridente recordatorio: "¿Ven?
La prostitución siempre ha existido y siempre existirá".
Pero
los suecos, muy seguros del pensamiento detrás de su plan, no
prestaron atención a las críticas. Rápidamente identificaron el
problema y luego lo resolvieron. El punto de falla, donde los mejores
esfuerzos se habían estancado, era que las fuerzas de seguridad no
estaban haciendo su trabajo. Se determinó que los agentes de policía
necesitaban capacitación a profundidad y orientación en lo que el
público y la legislatura del país ya comprendían perfectamente. La
prostitución es una forma de violencia masculina contra las mujeres.
Los explotadores/compradores deben ser castigados y las
víctimas/prostitutas necesitan recibir ayuda. El gobierno sueco
invirtió cuantiosos fondos, de modo que policías y fiscales, desde
los más altos niveles hasta los agentes que trabajaban en las
calles, recibieron una intensa capacitación y el mensaje de que el
país hablaba en serio. Fue entonces que Suecia empezó a ver
resultados sin precedentes
Hoy
día no sólo el pueblo sueco continúa apoyando firmemente el
enfoque del país a la prostitución (el 80 por ciento de la gente lo
respalda, según los sondeos de opinión), sino también policía y
fiscales se encuentran ahora entre sus más fuertes apoyos. Las
fuerzas de seguridad de Suecia han descubierto que la ley sobre
prostitución les beneficia en el manejo de todos los crímenes
sexuales, en particular porque les habilita para virtualmente
erradicar el elemento del crimen organizado, que es una plaga en
otros países donde la prostitución ha sido legalizada o regulada.
La
falla de las estrategias de legalización y/o regulación
El
experimento de Suecia es un ejemplo único y solitario, en una
población de tamaño significativo, de una política sobre
prostitución que sí funciona. En el 2003, el gobierno de Escocia,
con miras a reformar su propio enfoque a la prostitución, le encargó
a la Universidad de Londres la elaboración de un análisis integral
de resultados de políticas sobre prostitución en otros países.
Además de revisar el programa sueco, el equipo de investigación
seleccionó a Australia, Irlanda y los Países Bajos a fin de
representar varias estrategias orientadas a legalizar y/o regular la
prostitución. No revisó la situación en aquellos países donde la
prostitución está totalmente penalizada, como es el caso en los
Estados Unidos, pues el resultado de dicho enfoque es muy conocido.
El mundo ya está bien familiarizado con las fallas y la futilidad
del mecanismo de arrestar prostitutas y dejarlas en libertad para
luego volver a arrestarlas.
Tal
como lo reveló el estudio encargado a la Universidad de Londres, los
resultados en los estados bajo revisión que habían legalizado o
regulado la prostitución fueron tan desalentadores como la
penalización tradicional, o tal vez aún más. En cada caso los
resultados eran drásticamente negativos.
Según
el estudio, la legalización y/o regulación de la prostitución
condujeron a:
un
drástico aumento en todas las facetas de la industria del sexo,
un
marcado incremento en el involucramiento del crimen organizado en la
industria del sexo,
un
dramático aumento en la prostitución infantil,
una
explosión en la cantidad de mujeres y niñas extranjeras traficadas
hacia la región, así como indicaciones
de un incremento en la violencia contra las mujeres.
En
el estado de Victoria, Australia, donde fue creado un sistema de
prostíbulos legalizados y regulados, hubo tal explosión en la
cantidad de éstos que la capacidad del sistema para regularlos fue
de inmediato abrumada, y con igual rapidez esos establecimientos se
convirtieron en un nido de crimen organizado, corrupción y crímenes
relacionados. Además, las encuestas de las prostitutas que trabajan
bajo sistemas de legalización y regulación revelan que ellas mismas
continúan sintiéndose coaccionadas, forzadas e inseguras en este
negocio.
Una
encuesta de prostitutas legales bajo la política de legalización en
los Países Bajos muestra que el 79 por ciento de ellas dice querer
salir de la industria del sexo. Y aunque cada uno de los programas de
legalización/regulación prometieron ayuda para aquéllas que
deseaban abandonar la prostitución, esa ayuda jamás se concretó en
ningún grado significativo. En contraste, el gobierno sueco sí
cumplió con proveer amplios fondos para servicios sociales
destinados a ayudar a prostitutas que querían salir de la industria.
El 60 por ciento de las trabajadoras sexuales en Suecia aprovechó
los bien financiados programas y tuvo éxito en abandonar el comercio
sexual.*
*
El informe íntegro del gobierno de Escocia acerca de políticas
sobre prostitución puede ser leído en www.scottish.parliament.uk
Entonces,
¿por qué nadie intentó esto antes?
Con
el éxito de Suecia alumbrando el camino con tal claridad, ¿por qué
otros países no están adoptando rápidamente ese plan? En realidad,
algunos sí lo están haciendo. Tanto Finlandia como Noruega están a
punto de seguir esos pasos. Y si Escocia escucha los consejos de su
propio estudio, también irá en esa dirección. Pero la respuesta a
la pregunta de por qué otros países no están apurándose a adoptar
el plan de Suecia probablemente sea la misma que respondería por qué
los gobiernos no han probado antes la solución sueca.
Considerar
a las prostitutas como víctimas de coerción y violencia por parte
de hombres requiere que un gobierno primero pase de ver la
prostitución desde la óptica masculina a verla desde los ojos de
las mujeres. Y los países, en su mayoría si no es que prácticamente
todos, continúan viendo la prostitución y cualquier otro asunto
desde una óptica predominantemente masculina.
Suecia,
en contraste, ha sido líder en promover la igualdad de las mujeres
durante mucho tiempo. En 1965, por ejemplo, penalizó la violación
dentro del matrimonio. En los Estados Unidos, hasta en la década de
1980 había estados que aún no habían hecho ese reconocimiento
fundamental del derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo.
Suecia también destaca por tener la más elevada proporción de
mujeres en todos los niveles del gobierno. En 1999, cuando aprobó la
trascendental ley sobre prostitución, el Parlamento sueco estaba
conformado casi en un 50 por ciento por mujeres.
La
política sobre prostitución de Suecia fue originalmente diseñada y
cabildeada por las organizaciones de albergues para mujeres. Luego la
promovieron y lucharon por ella, en un esfuerzo bipartidario, las
singularmente poderosas y numerosas parlamentarias suecas. Y el país
no se ha detenido ahí. En el 2002 aprobó legislación adicional que
complementaba la ley original sobre prostitución. Ese año, la Ley
de Prohibición del Tráfico Humano para el Propósito de Explotación
Sexual llenó algunos de los vacíos que había en la legislación
previa y fortaleció aún más las facultades del gobierno para
perseguir a la red que rodea y apoya la prostitución, como
reclutadores, transportadores y anfitriones.
¿Por
qué no copiamos aquí el éxito de Suecia?
Aunque
quizás sea cierto que los Estados Unidos y otros países aún están
mucho más inmersos que Suecia en la oscuridad patriarcal, no hay
razón por la que no puedan impulsar ahora cambios de políticas como
los que esa nación ha realizado. La belleza del asunto es que una
vez que se ha abierto el terreno y la prueba del éxito ha sido
establecida, tendría que ser mucho más fácil convencer a otros de
ir por ese mismo camino.
Se autoriza copiar y distribuir esta información siempre y cuando el crédito y el texto se mantengan intactos.
Reservados
© todos los derechos, Marie De Santis,
Women's
Justice Center,
rdjustice@monitor.net
Traduccion
por Laura E. Asturias / Guatemala
Me parece una excelente idea. Pero la base es darles a estas mujeres y hombres, que los hay víctimas también, una ayuda psicológica, económica y formación para mantener un nuevo camino.Un besico Amigo Nelson.
ResponderBorrarSin duda. Esos programas incluyen los ítems que señalas.
ResponderBorrarAquí se nos da una pista para resolver otros tantos problemas "difíciles" que azotan a nuestras sociedades, solo cambiando el ángulo desde donde se visualizan.
El paso más difícil: dejar de lado la hipocresía.
Gracias, amiga acuática.